«Si miramos el objeto de nuestro apego con una simplicidad nueva, comprenderemos que no es ese objeto lo que nos hace sufrir, sino el modo en que nos aferramos a él»
Mattieu Ricard
Hoy hablamos de «Soltar» y como el Yoga cuenta con herramientas que nos pueden ayudar en este sentido. Pero ¿soltar qué?, quizás lo primero que percibimos al iniciarnos en la practica de Yoga es cuanta tensión en forma de estrés, contracturas, agitación mental, rigideces ….traemos a la clase de yoga.
Solemos ponerle a la vida más esfuerzo del que nos pide o vivir aguantando, apretando, forzando situaciones que aunque no nos traen bienestar, las miramos como nuestra «normalidad», algo que no está en nuestra mano cambiar.
De esta manera, al practicar yoga y gracias a la lupa de la Atención, percibimos todas esas huellas que dejan en el cuerpo estas situaciones y tras seguir una clase bien equilibrada energéticamente, podemos experimentar el alivio de «soltar» la musculatura del cuello, de los hombros, sentirnos por algunos segundos muy agustito en la última Asana de relajación.
Ya vamos soltando algo...
Para la practica de esta disciplina la persistencia es un requisito, lo que conocemos por Tapas, (bueno para esto y cualquier cosa de las que merecen la pena, que queramos conseguir en la vida, ). Al continuar practicando comenzamos a darnos cuenta de cuantos pensamientos «agarramos» que nos limitan, tales como «yo no puedo hacer esa postura», «es que no tengo flexibilidad», «uf! estoy ya muy mayor para esto» o «tengo que hacerlo perfecto», incluso sentirnos algo torpes al querer acompasar los movimientos a la respiración en el Vinyasa del saludo al sol.
¿Qué pasaría si fuéramos capaces de soltar todos estos pensamientos?...
Al soltar, nos atreveremos a transitar por posturas nuevas en un entorno seguro, nuestra esterilla, explorar nuevas sensaciones, una nueva forma de posicionarnos, también en el mundo. Es así como crearemos espacio para que algo nuevo se desarrolle, que nos aporte más paz y alegría.
Ya lo sé, no es fácil...
Que esto sea así, no debe ser una excusa, ¿cuántas cosas no fáciles a priori has iniciado y después visto todo lo bueno que traían a tu vida?. Nuestra forma de ver, de mirar a los demás o mirarnos, en ocasiones funciona como un hábito del que cuesta desprenderse, algo así como dejar el azúcar, de fumar o salir del sedentarismo. Pero solo si abandonamos estos viejos hábitos poco saludables, podremos dar paso a que poco a poco, otros nuevos más beneficiosos se instalen.
El Yoga confía que todos tenemos esa capacidad de dejar marchar aquellas cosas que nos alejan de conocer la verdadera naturaleza de nosotros y de todas las cosas, nos invita a dejar ir aquello que nos trae sufrimiento en lugar de felicidad.