5 claves para Practicar Yoga en casa

«Vale más un gramo de práctica que toneladas de teoría»

Ramiro A. Calle

Si estás leyendo este artículo seguramente ya hayas experimentado los beneficios de la práctica de yoga o has oído hablar de ello y te gustaría conocer más. Hoy vamos a hablar de 5 claves que te permitirán hacer de tu practica de yoga un hábito que lleve, todos esos beneficios, a tu día a día.

El yoga es mucho más que conseguir un buen tono muscular y hacer una serie de posturas complejas. Es cierto que si practicamos regularmente nuestro cuerpo se sentirá cada vez más flexible, nuestros músculos más tonificados, notarás alivio en los dolores crónicos y reducirás el estrés.

Pero el objetivo último del yoga es que seamos más felices, que nos conozcamos mejor y así podamos desarrollar todo nuestro potencial como seres humanos. Para esto utiliza una serie de herramientas entre ellas las más conocidas son las técnicas de respiración, las asanas o posturas y la meditación. Unión, que es el significado de la palabra yoga, del cuerpo, la mente y el corazón. Si no leiste la entrada donde hablabamos de como el yoga nos ayuda en el manejo de las emociones te recomendamos echarle un vistazo.

Actualmente son muchos los recursos de los que disponemos youtube, vídeos, libros …… pero  os sugerimos comenzar a practicar con un profesor.  No tienes porque precipitarte en esta elección, informaté, habla con él e incluso asiste a sus clases para  probar, un mes por lo menos, antes de decidir. Una vez conozcas los fundamentos del yoga, tu práctica en casa será un complemento a tu practica en grupo.

Existen muchos mitos sobre el yoga,  solemos asociarlo con cuerpos esculturales haciendo posturas increíbles pero en realidad se trata de una disciplina que es accesible a cualquier persona, de cualquier edad y para la que no es necesario tener la flexibilidad de un contorsionista. Lo importante no va a ser hacer la postura de la foto si no el viaje, cada uno de los pasos de tu practica.

1.- Busca un lugar en tu casa.

No tiene que ser grande pero sí agradable y es importante que te permita cierto aislamiento durante el tiempo que vayas a practicar, donde no seas molestado. Lo puedes decorar a tu gusto, asegúrate de tener espacio suficiente para la esterilla, un cojín o silla para meditar y apagar el móvil. Coloca si te apetece en tu rincón, aquellas cosas que tengan un significado para tí, ponte ropa cómoda y listo!!!!!

2.- Establece un horario.

Elige el momento del día que sea mejor para tí. Hay personas a las que les gusta madrugar pero si no es tú caso antes de comer, por la tarde o antes de cenar puede ser un buen momento. La primera hora de la mañana suele ser la más recomendable así tu práctica te preparará para recibir y afrontar los retos del nuevo día. Aseguraté de tener el estómago vacío y que haya transcurrido al menos una hora y media o dos desde la última comida.                                                                                                             

3.- Resérvate un tiempo

Establece la duración de tu práctica en función de tu disponibilidad. Puede que algunos días solo cuentes con 20 minutos, pero te aconsejo que reserves algún día a la semana para una practica más larga entorno a una hora o más si es posible para tí. ¿Te parece mucho? soy consciente que con la vida que llevamos encontrar media hora al día para nosotros a veces se hace complicado, ¿no te resulta sorprendente?.

4.- Fija la frecuencia

Lo mejor es practicar diariamente, aunque solo cuentes con un ratito, quizás solo tengas esos 20 minutos en los que puedes realizar algún ejercicio respiratorio, dos saludos al sol y un par de asanas. Recuerda que toda práctica termina con al menos un minuto en la postura de savasana, esa donde todo el cuerpo reposa en el suelo boca arriba, donde no hay que hacer nada.

5.- Planifica tu practica, hazle hueco en tu agenda, crea ese espacio para tí. Anota en ella que día y a que hora de la semana practicarás, cuanto tiempo le vas a dedicar y que ejercicios realizarás. Algo que te recomiendo incluir es el hábito de dedicar unos minutos después de tu práctica a reflexionar y escribir como te ha ido, que has experimentado o si has aprendido algo nuevo.

¿Te animas a probar?

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