Elijo la Paz

 

Una noche un anciano indio le contó a su nieto una leyenda cherokee de los dos lobos.

  • Así, el anciano le dijo al nieto: “Dentro de cada uno de nosotros hay una dura batalla entre dos lobos. Uno de ellos es un lobo malvado, violento, lleno de ira y agresividad. El otro es todo bondad, amor, alegría y compasión”.
  • El nieto se quedó unos minutos pensando sobre lo que le había contado su abuelo y finalmente le preguntó:”Dime abuelo, ¿Cuál de los dos lobos ganará?”.
  • Y el anciano indio respondió:
  • “Aquél al que tú alimentes, nieto».

En la vida, no siempre podemos escoger las circunstancias, ni tendremos control sobre el comportamiento de otras personas, enfrentándonos a menudo a situaciones complicadas y difíciles, incluso ante pensamientos “pegajosos” que nos hacen revivir una y otra vez, situaciones que nos causan dolor.

Como refleja esta historia, no podemos escoger las situaciones que se nos presentan, si bien, sí podemos elegir que lobo alimentar, que actitud tomar antes las dificultades, tenemos la libertad de elegir entre el conflicto o la paz.

Elegir la paz, no supone renunciar a cambiar las cosas en el futuro, sino tan solo reconocer la realidad que ya existe en el presente. Esta aceptación nos invita a no oponer resistencia al fluir de la vida, a lo que ya es. Requiere que identifiquemos las emociones experimentadas, los pensamientos, los reconozcamos y validemos para después soltarlos y poder elegir la paz en nuestro interior. Esta actitud nos ayudará a no añadir sufrimiento innecesario, aportándonos serenidad, a la vez que nos permitirá poner en marcha la solución más inteligente a esa dificultad. Se trata de una nueva forma de mirar un problema, donde antes había un callejón sin salida ahora se abre una oportunidad enriquecedora.

Realizar respiraciones conscientes y conectarnos con nosotros, con lo que estamos sintiendo, nos ayudará a tomar conciencia de nuestra posibilidad de elección, paz o conflicto.

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