Vuelta a la Nueva Normalidad

En los últimos meses la palabra «normalidad» parece estar moda y en la lista de los deseos de muchas personas, que ansían «volver a la normalidad».

Según el diccionario, la palabra normal, se define como aquello que es habitual, que sirve de norma o regla, una cosa que por su naturaleza, forma o magnitud se ajusta a ciertas normas fijadas de ante mano.

De este modo la normalidad dentro de una sociedad surge del consenso sobre los valores o comportamientos que se consideran correctos dentro de ella. Esto sin duda facilita la convivencia, así «lo normal» es no hacer ruidos que molesten a los vecinos durante los periodos descanso.

Pero las cualidades de la «normalidad» van evolucionando a lo largo del tiempo, y si ver a personas con mascarilla en una tienda, hace un año era excepcional, ahora puedes comprar un vestido con la mascarilla a juego, y verlo normal. De igual modo, hay lugares en el mundo donde algo habitual para nosotros como, abrir un grifo y que salga agua caliente, es visto como algo insólito.

En ocasiones, lo normal es solo aquello que está más extendido, que más personas practican, sin que ello sea fruto de un consenso o reflexión, sino de un hábito, «es así porque todo el mundo lo hace». Esto puede sucederle a algunos jóvenes que se inician en el consumo de alcohol u otras sustancias adictivas sin plantearse si verdaderamente es eso lo que desean, desconociendo las consecuencias que para algunos traerán estos comportamientos sin haber antes explorado otras formas de alcanzar sus propósitos.

A veces, incluso dejamos de valorar ciertos privilegios que nos facilitan la vida, como tener luz al encender un interruptor, por considerarlos «normales».

Si viajas por el mundo, habrás observado que lo que es considerado normal en algunos Países, no siempre lo es también en el nuestro. Si has estado en India y comes en restaurantes a los que habitualmente acuden las personas de aquel País, verás que comer con las manos es lo «normal», lo hacen con una gran destreza y podrás sentirte «diferente o anormal» utilizando los cubiertos con los que «normalmente» solemos comer en España.

Si eres de los que te estás planteando que «después de las vacaciones hay que volver a la normalidad», nuestro objetivo con este articulo es animarte que diseñes «tu nueva normalidad». Posiblemente si te tomas un espacio de reflexión descubras todas aquellas cosas que hay en tu vida y que quieres que continúen o quizás con pequeñas modificaciones. Pero si hay otras circunstancias que desearías modificar recuerda que, todas las personas tenemos la capacidad de cambiar hábitos, cuando estos han dejado de proporcionarnos bienestar y adaptarnos a las nuevas circunstancias.

Una de las capacidades cognitivas que nos permite esto es el discernimiento, la función de nuestro cerebro para tener una opinión propia en función a la experiencia, al razonamiento y a la propia forma de ver el mundo.

Atreveté a diseñar tu nueva normalidad!!!

Recuerda que ser feliz es cuestión de voluntad!!

Quizás antes de «volver a la normalidad» quieras aprovechar todas tus capacidades para diseñar «tu nueva normalidad» aquella que te haga feliz, te proporcione bienestar, desde la responsabilidad contigo y sabiendo que cuentas con todo un mundo de posibilidades, ya que aquello que te detiene solo es la idea de que no puedes hacerlo.

¿Te animas a probar?

Aplausos después del Confinamiento

Que por fin podamos ir saliendo a la calle es una buena noticia!!!. Nos recuerda que nuestros Hospitales podrán atender a las personas que se contagien. Significa, que es el momento de sacar adelante la economía y pensar soluciones para afrontar la siguiente fase.

Pero esos aplausos de agradecimiento no tienen porque terminar, aunque no salgamos a los balcones.

Cuando acabe la desescalada, todas las personas que cuidan de nuestra salud van a seguir ahí, dando lo mejor de ellos. De igual forma, los cuerpos de seguridad continuarán con sus labor de protegernos.

Las calles seguirán manteniéndose cuidadas por el personal de limpieza y las personas que trabajan en supermercados y comercios de alimentación, continuarán reponiendo las estanterías para que tengamos todo lo necesario en casa.

También los comedores sociales y demás entidades al servicios de los más necesitados, van a continuar trabajando, tal y como lo hacían antes de esta pandemia, para que nadie se quede sin comer o asearse.

Cuando volvamos a la tan ansiada «normalidad», nuestros vecinos seguirán ahí y quizás en algún momento, les va a venir bien que les recordemos un RESISTIRÉ y TODO SALDRÁ BIEN.

Las redes sociales, cuando la desescalada termine, seguirán sirviendo para mucho más que comprar por internet, para conectarnos con amigos o familiares amenudo, no necesitaremos excusa.

Ese espacio que hemos encontrado en casa para cuidarnos y hacer algo de deporte o practicar yoga, no tiene porque desaparecer. Habrá que decidir si volvemos a dejar que la prisa del estrés y el «no tengo tiempo» vuelvan a tomar el control de nuestro bienestar.

La música y todos los que tienen la capacidad de emocionarnos con su arte, seguirán despertando en nosotros esas emociones que nos recuerden que estamos vivos.

Bailar y cantar seguirá siendo una gran terapia.

Cuando todo pase, que PASARÁ, todos seguiremos siendo necesarios para que este mundo funcione. Si miramos con estas gafas, podremos ver que somos iguales ante la enfermedad y que nos necesitamos unos a los otros.

Cuando todo esto pase, que pasará, la Naturaleza estará más bonita porque ha descansado y será nuestra responsabilidad cuidarla para poder seguir disfrutándola.

Por todo esto, los Aplausos no tienen porque terminar, ya que todo esto seguirá ahí. No te olvides darte un fuerte aplauso a ti mismo, por toda la fortaleza que has tenido para sostenerte durante este periodo de confinamiento.

La GRATITUD, que en estos días ha aflorado puede hacer nuestra vida más feliz, como te contábamos en esta entrada anterior.
¿La vas a sacar de tu vida?

¿Te animas a probar?

Resiliencia: para la etapa COVID -19.

La vida en ocasiones nos pone a prueba, como está sucediendo estos días con la situación del COVID -19, que nos exige una serie de medidas para evitar que el coronavirus se propague, entre ellas que nos quedemos confinados en casa y como consecuencias problemas laborales o de relaciones.

Ante una misma situación, las personas reaccionamos de formas diferentes, poniendo en marcha distintas estrategias de afrontamiento. Ante esta realidad tenemos la opción de verlo como un obstáculo, quejarnos y hundirnos o por el contrario sobreponernos, salir fortalecidos y desarrollar nuestra RESILIENCIA.

Hablamos, de la capacidad humana de asumir con flexibilidad las situaciones adversas y sobreponernos a ellas. Desde la Psicología añaden, que esta fortaleza personal no solo supone afrontar esta situación critica, sino salir fortalecidos de ella.

¿Cómo se comportan las personas resilientes?

Las personas resilientes son aquellas que utilizan estas situaciones para crecer, desarrollando el máximo de su potencial para convertirse en la mejor versión de ellos mismos.

Las investigaciones indican que las personas resilientes son más optimistas y se caracterizan por usar las emociones positivas como estrategia de afrontamiento. Además, hacen frente a las experiencias adversas utilizando el humor, la exploración creativa y el pensamiento optimista

(Fredrickson y Tugare, 2003).

La Resiliencia no es una cualidad innata con la que nacemos, es algo que todos podemos desarrollar a lo largo de la vida. Algunas personas han aprendido después de ver en sus padres o entorno cercano estas actitudes y otras han ido desarrollándolas ellas solitas.

Todos podemos ser resilientes si cambiamos algunos hábitos y creencias. 

¿Cómo convertirnos en un persona Resiliente?

1. Conoce tus fortalezas y tus limitaciones. Conocernos en este sentido, nos ayudará a establecer metas objetivas que no solo tienen en cuenta nuestros sueños y deseos, sino también los recursos personales, familiares, sociales …con los que disponemos. Confía en esas capacidades que tienes para hacer frente a la situación de dificultad.

2. Desarrolla la creatividad, no se trata de repetir lo que no nos da solución, sino de encontrar nuevas formas de transformar esta experiencia. Las personas resilientes ven en la dificultad una oportunidad para generar un cambio, crecer siendo conscientes que estos momentos no serán eternos. Preguntaté ¿qué puedo aprender de esto?.

3. Desarrolla un optimismo realista. Esto no significa negar la realidad, se necesita una gran dosis de objetividad y aceptación pero con gafas optimistas. Nos ayudará rodearnos de personas que tienen una actitud positiva, una red social sólida que nos sostenga en estos momentos. El humor también nos ayudará a mantenernos optimistas y centrarnos en los aspectos más positivos.

4. Centraté en manejar tus emociones. Querer controlar todos los aspectos de nuestra vida es fuente de importantes tensiones y frustraciones. No podemos controlar todo lo que nos sucede pero sí aprender a manejar la incertidumbre del momento y nuestras emociones, buscando que estas, sean nuestras aliadas.

5. Sé flexible pero persiste. Las personas resilientes son flexibles ante los cambios, lo que no las lleva a abandonar sus propósitos. Por el contrario los distinguen su esfuerzo y perseverancia, fruto de una motivación intrínseca que los mantiene en la lucha hacia su meta. Conocen que ser felices es una cuestión de voluntad.

Si queremos que también los niños afronten estás situaciones con fortaleza, debemos ser conscientes que los adultos somos ejemplo de estas actitudes. No se trata de evitar que tropiecen y se caigan, sino enseñarles a levantarse, confiar que ellos pueden y en sus capacidades. Crear para esto un entorno de seguridad desde modelos de apego seguros, mirando la situación como una oportunidad de aprender.

Sabiendo con certeza que esta situación no es eterna y pasará os deseamos confianza en vuestras capacidades de hacer frente a esta situación y salir de ella siendo la mejor de las versiones de vosotros mismos.

¿Te animas a probar?

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