Mas allá de ASANA

«Se dice que existen tantas Asanas como seres vivos»

André Van Lysebeth

Con el término Asana nos referimos en sánscrito a las «posturas» que se realizan con el cuerpo durante una práctica de Yoga. Es probable que sea lo primero que acude a nuestra cabeza cuando pensamos en Yoga, a pesar de ser solo una de las múltiples herramientas que este método propone para que las personas podamos tomar conciencia de todo nuestro potencial, nuestra verdadera naturaleza.

… existen Asanas sencillas y otras muy sofisticadas

Pero en ningún caso, colocarnos en una de estas posturas deberá dañarnos, esta es una premisa básica a cumplir cuando practicamos.

Puede parecer obvio, pero no siempre lo es, las personas somos capaces de colocarnos en posiciones bastantes comprometidas a veces, para demostrar algo a nosotros o a los demás. También están aquellas personas que no perciben el daño que se pueden estar ocasionando, al vivir alejados de su cuerpo, este en ocasiones necesita gritar muy alto para que se le escuche.

Existe otro aspecto de Asana que merece nuestra atención, es la forma como construimos la postura. Puede ocurrir que la postura a realizar sea nueva o quizás ya la hemos practicado en otras ocasiones, en ambos casos colocarse en actitud de principiante suele ser lo recomendable, observar con la curiosidad de un niño vuelve luminoso el momento presente.

Así como el agua de un rio no pasa dos veces por el mismo lugar, cada momento de nuestra práctica es único e irrepetible.

Asana nos invita a explorar horizontes nuevos, sensaciones no experimentadas anteriormente que traerán luz a una nueva realidad. Es así como una sesión de Yoga se convierte en un diálogo silencioso con el propio cuerpo.

Los beneficios de Asana alcanzan no solo a nuestras articulaciones, sistema linfático, circulatorio y muscular, entre otros, estos son solo una parte del ambicioso objetivo del Yoga, integrar todo lo que somos, cuerpo, mente y corazón.

… también se beneficiará nuestra función respiratoria.

Lo habitual en esta vida de prisas que solemos llevar, es que la respiración se vuelva superficial, por lo tanto insuficiente para nuestro organismo. Nos olvidamos, que el oxigeno es el principal alimento de nuestras células, sin él no es posible que nuestro organismo asimile los alimentos, función que sirve para que se libere la energía que necesitamos para vivir.

¿Porque utilizar solo una pequeña parte de todo nuestro potencial?.

Muchas de estas posturas o Asanas son una invitación a restaurar esa función respiratoria perdida y digo «perdida» porque en realidad no supone aprender nada nuevo sino darnos permiso para dejar que aflore la respiración natural, esa que no requiere esfuerzo y que nuestro cuerpo sabe hacer por si solo.

De este modo, creamos espacios, …ensanchando, alargando, enraizando, fortaleciendo, relajando, … son algunas de las formas que tiene Asana para ayudarnos en esta labor.





¿Te animas a probar?