¿Por qué enseñar Yoga a los niños?

Si algún lector nuevo ha aparecido por el Blog, recordaremos que el YOGA junto a los beneficios que nos aporta movilizar nuestras articulaciones, fortalecer las musculatura y corregir malas posturas entre otros, nos ofrece mucho más. A través de nuestro cuerpo, podremos conocer qué sucede en nuestro interior y aprender a cuidarnos, a nosotros mismos y a los demás.

En una ocasión, los niños que venían habitualmente a yoga, me pidieron un día hacer una clase «como la de los mayores«. Aquel día les propuse que haríamos la primera parte como adultos, y en la segunda mitad yoga para niños. Al finalizar la primera parte de la clase me preguntaron con cara de aburrimiento:

¿Y porque los mayores no bailan?……

Cuerpo, mente y corazón de los más pequeños están en crecimiento, es por esto que el Yoga cuando va dirigido a los niños no puede ser similar a las clases de adultos. No buscamos los mismos objetivos y necesitaremos adaptar la metodología a los estilos de aprendizaje según las edades.

Junto a las conocidas posturas de yoga o Asanas (no todas recomendadas para los niños), hay música, danza, dibujos, cuentos y juegos, donde no buscamos ganar, el aprendizaje requiere divertirse en estas edades.

Mural realizado por los niños en las clases de Yoga

Algunos de los niños que vienen a clases de yoga comentan, «me gusta porque me calma», es que «lo necesito» , llegan con mucha curiosidad a la clase, no quieren perderse ninguna y a veces se quejan porque termina…..sin duda estos son buenos indicadores de resultados.

Las clases de yoga para niños, suponen una oportunidad para mover sus cuerpos conscientemente, es allí donde se manifiestan las emociones, aprender a reconocerlas es parte del aprendizaje emocional.

Y así, a modo de intrépidos exploradores, nos adentraremos en cómo se experimenta la calma a través de los ejercicios de respiración, como se siente el cuerpo relajado o la fortaleza, conectando con lo que somos, y poder volver a ese lugar cuando lo necesitemos.

Como no todos los niños mantienen la misma relación con su cuerpo, los ejercicios necesitarán estar orientados a aumentar la coordinación de pies y manos, la conciencia espacial y el sentido del ritmo. De esta forma, se irá desarrollando poco a poco una mayor conciencia corporal que permita colocar nuestra postura de forma correcta, para no dañarnos, pero también para confiar en nosotros, desde el respeto a lo que somos y a los demás.

Las técnicas de Mindfulness suelen combinar muy bien con las herramientas del Yoga, son buenos aliados para mejorarán la capacidad de enfocarse y concentrarse. Es por esto que los ejercicios de atención plena o meditación, forman parte de nuestros juegos en las clases de Yoga para niños.

¿Te animas a probar?

¿Pueden los niños meditar?

Las técnicas de meditación parece que han llegado a Occidente con intención de quedarse. La causa de esta buena acogida se la debemos a la ciencia, más concretamente a las investigaciones realizadas desde la Neurociencia y Mindfulness, que han podido traducir al lenguaje científico todas sus bondades y beneficios para nuestro bienestar.

En el ámbito infantil van ocupando cada día, paso a paso su espacio. Así encontramos ya en España, programas bastante consolidados que aplican estas herramientas en el ámbito educativo.

Si por Mindfulness entendemos la aptitud de la mente para prestar atención a lo que hay en el momento presente, estando conscientes de cada momento vivido, tenemos que reconocer que los niños son grandes maestros en esta habilidad. De manera natural ellos la poseen, ya que se trata de una capacidad básica, que con el tiempo y el estilo de vida se va perdiendo, dando paso a que los pensamientos y el mundo cognitivo tomen las riendas y gobiernen sus vidas y las nuestras. Así llegamos a convertirnos en adultos distanciados de nuestros cuerpos, de nuestras emociones y necesitamos aprender nuevamente a conectarnos con lo que sentimos y lo que verdaderamente somos.

Sembrar las semillas de la atención plena a edades tempranas, supone que los niños crezcan, teniendo en su caja de herramientas para enfrentar el mundo, la llave que les recordará que siempre pueden volver a su centro, a la calma y al sentir.

Vicente Simón, psiquiatra y pionero en introducir la meditación y Mindfulness en España, nos dice que: «La meditación nos tranquiliza, desarrolla nuestra capacidad de concentración y atención, nos ayuda a ver y comprender con claridad lo que sucede (tanto dentro de nosotros, comprendiendo nuestras emociones y sentimientos, como fuera en el mundo externo), mejora nuestras habilidades sociales y hace que seamos capaces de tratar a nuestros semejantes y a nosotros mismos de manera más humana y compasiva»

Existen dos entornos propicios para que los niños aprendan a meditar: la familia y la escuela. Cuando hablamos de educación, predicar con el ejemplo suele ser un buen método, de ahí que se necesite de padres y maestros conscientes del bien que les puede aportar a los niños y adolescentes adquirir estas herramientas.

Los niños pueden aprender a meditar aunque las técnicas utilizadas sean ligeramente distintas a las de los adultos.

El Yoga con niños ofrece este contexto donde poder aprender a conocerse emocional y físicamente, a tomar conciencia de su cuerpo, familiarizarse con la respiración y descubrir sus beneficios, a ver en la diversidad un gran potencial. Este contexto ligeramente diferente, que necesitan los niños para aprender a meditar, no es otro que un entorno lúdico, donde el juego y la diversión están siempre presente, donde la música, el baile o la pintura forman equipo con las posturas de Yoga y los ejercicios de concentración y respiración.

¿Te animas a probar?