Sonríe, respira y ve lentamente
Thich Nhat Hanh
En algún momento ocurre, que comenzamos a creernos que somos aquello que hacemos. Es entonces que llenamos las agendas de tareas, actividades «que hacer», sintiéndonos que nuestra vida esta llena
… y sin duda lo está!!!
Es así como nos colocamos en el «modo hacer», a veces incluso antes de acabar una actividad ya estamos pensando en otras cosas por alcanzar. Puede suceder que nos descubramos pensando: «tengo que hacer otro curso o leer otro libro», «cuando termine esta tarea y haga la siguiente estaré más gusto» y así hasta el infinito, porque cuando terminamos eso que nos propusimos, aparecerá otro nuevo proyecto, que seguramente no será suficiente…
No se trata de adoptar una actitud de falta de interés general o indiferencia, hay muchas cosas interesantes que pueden hacer de nuestro mundo un lugar mejor. Pero al estar tan ocupados, nos vamos distanciando de nuestras verdaderas necesidades y deseos,
…así va definiendo lo que somos, aquello qué hacemos o dejamos de hacer.
En ocasiones también llevamos este «modo hacer» a la esterilla de Yoga y ahora lo que toca es «hacer las posturas», una y después otra, cuantas más mejor.
Pero junto a todos los beneficios físicos de las Asanas o Posturas de yoga, su practica nos ofrece la oportunidad de conectarnos con lo que sentimos … aprender que la respiración es un gran chivato de la velocidad con la que vamos por la vida … observar como se experimenta en el cuerpo el bienestar… o si nuestras decisiones salen desde el corazón o no.
El Yoga nos invita a pasar del modo "hacer" al "ser"
Por suerte, somos mucho más que aquello que hacemos, el trabajo que tenemos o las actividades que realizamos. Habitar esa parte que está en cada uno de nosotros, pasar al «modo ser», nos permitirá «sentir lo que hacemos» y decidir desde donde queremos actuar.
Ten en cuenta que no asumir una determinada postura y permitirse sentir y reconocer lo que aflora en tu cuerpo y en tu mente, se considera también una postura de yoga.