¿Medio llena? o ¿Medio vacía?

¿Eres de los que suele ver la botella medio llena o medio vacía?

Es muy curioso como ante una misma situación dos personas podemos percibirla de forma diferente. A esto se refiere este dicho popular y la capacidad de la percepción que hay detrás: LA ATENCIÓN.

Esta maravillosa capacidad cognitiva, funciona como una lupa de gran aumento, seleccionando aquello más relevante, a lo que le damos importancia. Ver una u otra parte de la botella, o las dos, lo podemos realizar gracias a nuestra capacidad de la Atención, la cual puede hacernos la vida más feliz o amargarla por solo ver una parte de ella.

Antes que sigas leyendo, te invito a revisar uno de los cuentos que hemos compartido recientemente sobre lo que consideramos mala o buena suerte. Se trata de ir más allá de una mente que solo ve el mundo en blanco o negro, para poder ver toda una gama de tonalidades que suelen colorear la vida de las personas. Podemos pensar en años buenos o malos y también abrirnos a un abanico de colores y así aparecen años grises, azules y otros casi blanco,…..

Si hago memoria de mis años pasados no encuentro años perfectos, si tuve un invierno duro después el verano me regalaba un viaje maravilloso. En mi larga trayectoria profesional acompañando a personas, nunca tuve conocimiento de vidas perfectas, he conocido a personas con familias amorosas a quienes les visitaba la enfermedad de un hijo o un padre, había familias con unas desahogadas situaciones económicas donde las relaciones personales eran muy complicadas y les llenaban de sufrimiento.

Lo que siempre encontré fueron Vidas Reales, con botellas medio llenas y medio vacías a la vez, donde de alguna manera estaban reflejados todos los colores del Arco Iris. A las etapas felices le seguían dificultades, que luego se convertían en oportunidades para una nueva etapa de estabilidad….y así se iba abriendo paso la vida.

Lo que seguro que tu también te has encontrado, es a personas sabias que pueden convertir un momento de dificultad en oportunidades viendo la parte de la botella medio llena, valorando y agradeciendo todo lo bueno que tienen, a pesar de unas circunstancias no siempre deseadas.

La atención se entrena, al igual que otros músculos de nuestro cuerpo con el ejercicio. Hacer pequeñas pausas durante el día y observar nuestra respiración puede ser de gran ayuda para darnos cuenta de donde tenemos puesta nuestra atención en ese momento.

¿Te animas a probar?

¿Buena suerte? ¿Mala Suerte?, ¡Quién sabe!

Ante los acontecimientos que nos suceden, nuestra mente corre rápida a valorar si es «bueno» o «malo«.

Pero en ocasiones, el tiempo nos trae otra versión, y aquello que vivimos como algo trágico, supone posteriormente una gran oportunidad, quizás para aprender algo nuevo, o plantearnos cambiar una situación que nos ahogaba. Al igual, algo que nos aparece en la vida como una maravilla termina convirtiéndose en una complicación y nos trae nuevas dificultades. Nuestra capacidad para ver la realidad en toda su amplitud, es limitada.

¿Buena suerte?, ¿Mala suerte?, ¡quién sabe!.

El cuento que en esta ocasión os traemos y que hemos leído en varias fuentes, nos invita a reflexionar sobre esto y abrirnos a una realidad sin etiquetas.

Dice así…..

«Un día, al hijo de un granjero anciano se le escapó el único caballo que tenían. Cuando los vecinos se enteraron, acudieron a su casa para solidarizarse y le dijeron: «Oye, qué desgracia, qué mala suerte», a lo que el anciano contestó sin inmutarse: «¿buena suerte?, ¿mala suerte?, ¡quién sabe!».

Al día siguiente, el caballo volvió al establo y trajo consigo siete caballos salvajes que le siguieron desde la montaña. Esto convertía ahora al anciano en el hombre más rico del pueblo. Todos los vecinos lo visitaron y le dijeron: «Oye, ¡qué buena suerte!». A lo que el anciano respondió: «¿buena suerte?, ¿mala suerte?, ¡quién sabe!»..

Al día siguiente, el hijo del anciano, que era el que le ayudaba con todas sus actividades, se cayó y se rompió una pierna mientras intentaba domar a uno de estos caballos salvajes. Esta situación podía ser un obstáculo, pues se acercaba el invierno y sin el hijo, el anciano tendría grandes problemas.

Los vecinos fueron a ver al anciano de nuevo y le dijeron: «Qué desgracia, qué mala suerte. Ahora tienes los caballos pero no tienes la ayuda de tu hijo. Es algo terrible«. Y el granjero anciano les dijo: «¿buena suerte?, ¿mala suerte?, ¡quién sabe!»..

Al día siguiente, llegó el ejército al pueblo para reclutar a todos los jóvenes para una guerra prácticamente suicida, pero al hijo del anciano no lo reclutaron porque tenía una pierna rota, así que se quedó a salvo en casa. Todos los vecinos volvieron a ver al anciano y le dijeron: «Oye, ¡qué bien, qué buena suerte! A mi hijo lo han reclutado y al tuyo no.» Y el anciano les contestó de nuevo: «¿buena suerte?, ¿mala suerte?, ¡quién sabe!»..

¿Te animas a probar?

10 Claves para la Buena Suerte

«¿Y cuando piensas realizar tu sueño?», le preguntó el Maestro a su discípulo. «Cuando tenga la oportunidad de hacerlo», respondió este. El Maestro le contestó: «la oportunidad nunca llega. La oportunidad ya está aquí».

Anthony de Mello

¿Conoces cual es la diferencia entre la Suerte y la Buena Suerte? La suerte no depende de nosotros, es poco probable y efímera. La Buena suerte solo depende de ti y es posible siempre que te lo propongas.

Os hablamos esta vez de un libro que llegó a mis manos hace diez años y que merece la pena dedicarle un espacio en este Blog, por toda la sabiduría que encierra. La Buena Suerte, de Alex Rovira y Fernando Trías de Bes.

En formato de cuento, de manera que llega mejor a nuestro cerebro emocional, nos adentra por un Bosque encantado en la búsqueda del trébol de cuatro hojas, que bien podría representar la felicidad o cualquier objetivo que deseemos conseguir en la vida. Mientras avanza en su búsqueda, el protagonista recibe diez grandes lecciones que te resumimos. Estas son las claves que nos acercarán a nuestro trébol, a conseguir nuestro sueño.

Primera Regla de la Buena Suerte

La suerte no dura demasiado tiempo, porque no depende de ti.

La Buena Suerte la crea uno mismo, por eso dura siempre.

Segunda Regla de la Buena Suerte

Muchos son los que quieren tener Buena Suerte,

pero pocos los que deciden ir a por ella.

Tercera Regla de la Buena Suerte

Si Ahora no tienes Buena Suerte tal vez sea porque las circunstancias son las de siempre.

Para que la Buena Suerte llegue, es conveniente crear nuevas circunstancias.

Cuarta Regla de la Buena Suerte 

Preparar circunstancias para la Buena Suerte no significa buscar sólo el propio beneficio.

Crear circunstancias para que otros también ganen atrae a la Buena Suerte.

Quinta Regla de la Buena Suerte

Si «dejas para mañana» la preparación de las circunstancias, la Buena Suerte quizás nunca llegue.

Crear las circunstancias requiere dar un primer paso….¡¡Dalo hoy!!

Sexta Regla de la Buena Suerte

Aun bajo las circunstancias aparentemente necesarias, a veces la Buena Suerte no llega.

Busca en los pequeños detalles circunstancias aparentemente innecesarias ……, pero ¡imprescindibles!

Séptima Regla de la Buena Suerte

A los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo.

A los que se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa.

Octava Regla de la Buena Suerte

Nadie puede vender suerte. La Buena Suerte no se vende.

Desconfía de los vendedores de suerte.

Novena Regla de la Buena Suerte 

Cuando ya hayas creado todas las circunstancias, ten paciencia, no abandones.

Para que la Buena Suerte llegue, confía.

Décima Regla de la Buena Suerte

Crear Buena Suerte es preparar las circunstancias a la oportunidad.

Pero la oportunidad no es cuestión de suerte o azar: ¡Siempre está ahí!

¿Te animas a probar?